Repercusiones rusas de la desintegración de la URSS
La Federación Rusa fue la más afectada por la rápida desintegración de la URSS a finales del año 1991, tanto a nivel económico, político y militar. No obstante, esta desintegración no cambió el hecho de que Rusia seguía teniendo el potencial militar suficiente para amenazar a cualquier país del mundo, incluso a EEUU. En Europa y en América se pensaba que, una vez muerta la URSS, se acabarían los problemas con los soviéticos, los ahora rusos.
La desaparición de este gran bloque hegemónico mundial dejó ya abiertos muchos de los problemas a los que aun hoy en día nos seguimos enfrentando. Entre ellos, problemas religiosos, ideológicos y políticos.
Repercusiones en los
países
miembros de la URSS
El verse independientes políticamente desde hacía muchas
décadas afectó en parte negativamente a las repúblicas de Europa
del Este y Oriente Medio. Muchas de ellas se sumergieron en
procesos de inestabilidad política, o conflictos bélicos. Estos
conflictos fueron por la conformación de una identidad nacional
basada en unos preceptos ideológicos, religiosos, étnicos o
económicos aparentemente uniformes.
Aunque muy retrasadamente, la UE y EEUU se mantuvieron
firmes
a la hora de rechazar la autodeterminación como Estado de algunas
de estas minorías nacionales o religiosas, cuyo único objetivo era
construir un país a su medida. Como consecuencia a todo esto, la
década de los 90 abría la puerta a la creación forzosa de
instituciones administrativo-políticas que buscaban la legitimación
internacional.
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